Lina Morgan

Adiós a Lina Morgan: una luchadora muy asustada

Tal era su discreción, la defensa a ultranza de su vida privada que voy a contar una anécdota de primera mano. Una conocida revista del corazón adquirió de una agencia de prensa la biografía amorosa de Lina Morgan , debidamente documentada con testimonios recibidos de algunos personajes que la conocían íntimamente. Enterada la aludida de que el semanario le dedicaría tres capítulos encargó a su agente de prensa, R. Ella misma se personó en la redacción y entre admoniciones y amenazas de demandar a la revista consiguió gran parte de lo que deseaba: Eso sucedía en los primeros años El primer noviete que tuvo fue el actor Manolo Zarzo cuando muy jovencita viajaba en una compañía de variedades.

Era mona, divertida, con unos ojos chispeantes y de ella se prendó Emilio Vendrell Jr. Siguió a Lina a todas partes… pero ella no le dedicó la atención que aquel esperaba. Lo fue, desde luego, pero en el plano afectivo familiar y en el de los negocios, al convertirse en el responsable de su empresa, cuando adquirieron el madrileño teatro de La Latina, ya millonaria ella. Se divulgó el bulo de que estaba "liada" con Juanito Navarro , su compañero artístico durante once años.

En esa época, finales de la década de los 60, con quien compartía sus sentimientos era con un jugador del Atlético de Madrid, internacional, popularísimo, de aire tímido e introvertido. Se habló de u n empresario teatral, de nombre poco sonoro, con el que habría tenido un romance.

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Y en su juventud, cuando empezaba en Los chavalillos de España , una compañía de variedades junto al actor Manolo Zarzo, tanto uno como otro reconocieron muchos años después que hubo algo entre ellos en aquella época. Le preguntaba la periodista si había tenido un gran amor. Porque sé lo que es querer y que te quieran. No te digo el nombre porque podría hacer daño a terceros. Su camerino ponía la piel de gallina: Rechazó importantes propuestas para hacer revista en Buenos Aires y México.

Tenía miedo de cambiar, de alejarse de casa. Se llevó con ella muchos misterios. Pero si ella aguantó y siguió luchando fue por el incondicional apoyo de su padre. Y en esas que traen a la oficina a uno de mis hijos, de sólo 8 años, y ella que se desarma y se pone de rodillas para hablarle cogiéndole la cara: Notify me of followup comments via e-mail.